miércoles, 27 de junio de 2007

CREATIVIDAD: ELEMENTO PARA LA TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA

RESUMEN

El presente trabajo trata sobre algunas reflexiones sobre la creatividad como elemento para la transformación educativa. Haciendo referencia a los inicios y experiencias de la creatividad en Venezuela como innovación pedagógica. Destacando la necesidad que tiene el Sistema Educativo de dirigir su accionar hacia el desarrollo y articulación de la actividad creativa en todos sus niveles y modalidades. En este sentido, el docente se convierte en agente de cambio, para formar personas ricas en originalidad, con visión futura, con actitud flexible, transformadora y comprometida con la sociedad.
Descriptores: creatividad, transformación educativa, docente creativo.

No hay reforma sin cambio
ni cambio duradero sin ideas creativas.
Saturnino de la Torre

En la sociedad actual, compleja y cambiante, al sistema educativo se le exige, cada vez más, su modernización, transformando su organización y funcionamiento, así como nuevas orientaciones en sus contenidos y enseñanzas, acorde con los cambios económicos, científicos y tecnológicos.
La creatividad siempre ha estado vinculada a lo nuevo, a la transformación y a los procesos de reestructuración.
La creatividad en Venezuela como innovación educativa tiene sus inicios, tal como lo plantea Vivas (1999), con las ideas del Dr Luis Alberto Machado en 1979; quien para el momento organizó una serie de programas que se incorporaron a la estructura curricular.
Estos programas permitieron el entrenamiento de miles de maestros, la elaboración de material didáctico para los educandos, la generación de un nutrido grupo de investigadores que han permanecido trabajando en las ideas iniciales e incorporando todo un repertorio de nuevas tendencias en el desarrollo de la inteligencia, el talento y la creatividad, la promoción del desarrollo de la inteligencia y la creatividad a escala internacional.
Sin embargo, la masificación del programa "Aprender a pensar" dejó algunas experiencias, entre ellas, la concepción del maestro como un eje fundamental que necesita un entrenamiento profundo que lo haga a él mismo un ser creativo y capaz de promover el pensamiento divergente en sus alumnos.
Para 1999, Soriano planteó la realidad del maestro, y señala que el mismo, desde los primeros años enseña que para cada problema hay una respuesta, siendo fortalecida la dicotomía cierto-falso aprendiendo el alumno que él debe siempre dar la respuesta correcta, siendo visto el error como sinónimo de fracaso y que debe ser evitado siempre. El error genera sentimientos de vergüenza. El espacio reservado para preguntas que posibilitan múltiples respuestas, para la exploración de nuevos abordajes en el proceso de solucionar problemas y para el uso de formas divergentes de lidiar con el contenido programático, es muy reducido, si no, inexistente en la gran mayoría de las escuelas.
En la actualidad esta realidad ha ido cambiando y encontramos maestros más comprometidos con los procesos de transformación, dispuestos a brindar a sus estudiantes mayor libertad para poner en práctica su creatividad.
Para llevar a cabo el acto creativo es necesario tomar en cuenta los tres momentos señalados por De la Torre, 1999:
La creatividad entendida como proceso conlleva a importantes cambios, progresivos en concepciones y valores nuevos. Estos nuevos valores se expresan mediante principios, finalidades y declaración de intenciones. La mayor parte del profesorado participa de valores como: desarrollar todas las potencialidades del individuo, adecuar los contenidos a la madurez del sujeto, partir de sus intereses, atender a los aspectos de actitud y de habilidad, tomar en consideración los aspectos diferenciales y los ritmos de aprendizaje, entre otros de la transformación educativa. Ejemplo de ello, es el Proyecto de Transformación y Modernización del Currículo para la Formación Docente, que lleva a cabo la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, con la finalidad de dar respuestas asertivas ante las exigencias de los cambios educativos.
La creatividad entendida como entorno tiene importantes connotaciones por cuanto los cambios y transformaciones de que hablamos se operan fundamentalmente en entornos constructivos, de múltiples recursos y estímulos de superación, de facilidades en la realización de experiencias innovadoras, de reconocimiento por parte de los agentes de cambio. De allí, que sea el clima determinante para generar actitudes implicativas y de compromiso con los valores explícitos en el contexto educativo.
La creatividad entendida como resultado, se manifiesta por los cambios generados en el sistema educativo, en las personas y sus nuevos roles, en las relaciones, en la cultura institucional, en la autonomía y autoaprendizaje que genera en el alumnado. Una transformación que promueve el desarrollo de todas las potencialidades humanas, que promueve la autonomía, el autoaprendizaje, la iniciativa e inventiva de los alumnos, es una transformación progresista y creativa, en la cual, la formación del profesorado se convierte en un intento de producir profesionales dotados de capacidades técnicas para enseñar, así como habilidades de investigación adecuadas para el análisis de las consecuencias de lo que están haciendo en relación con su alumnado, con la escuela y con la sociedad.
Cuando la investigación se incorpora a la práctica docente se cuenta entonces con un valioso instrumento que permite al profesor preparar sus clases con mayor objetividad y creatividad a fin de mejorar su intervención frente al grupo.
Educar en la creatividad es educar para el cambio y formar personas ricas en originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza, amantes de los riesgos y listas para afrontar los obstáculos y problemas que se les van presentado en su formación profesional y cotidiana, además de ofrecerles herramientas para la innovación.
La creatividad puede ser desarrollada a través del proceso educativo, favoreciendo potencialidades y consiguiendo una mejor utilización de los recursos individuales y grupales dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje.
En este sentido, Betancourt (1999), sostiene que no podríamos hablar de una educación creativa sin mencionar la importancia de una atmósfera creativa que propicie el pensar reflexivo y creativo en el salón de clase.
Asumiendo conceptualmente estas ideas, se puede decir que creatividad es el potencial humano integrado por componentes cognoscitivos, afectivos, intelectuales y volitivos, que a través de una atmósfera creativa se pone de manifiesto, para generar productos novedosos y de gran valor social y comunicarlos, transcendiendo en determinados momentos el contexto histórico social en el que se vive.
Educar haciendo uso de la creatividad implica cambios. En este sentido, Iafrancesco (2003) sostiene que la educación necesita cambios voluntarios, producto del desarrollo actitudinal, del convencimiento y de la vivencia de la necesidad del cambio. Los cambios impuestos por las normas, por sí mismos, no aseguran la transformación, más bien indisponen y condicionan y por lo tanto se convierten en pésimos e inadecuados procesos y medios para generar innovación.
Es necesario propiciar un espacio donde el alumno se sienta con libertad psicológica, inmerso en un ambiente de armonía, de un querer compartir con el otro sus ideas, es decir, ser capaces de abrirse a su creatividad y a manifestarla sin temor alguno.
En este sentido, podemos decir, tal como lo sostiene Betancourt (1999), que la educación creativa es una educación desarrolladora y autorrealizadora, en la cual no solamente resulta valioso el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias de trabajo, sino también el desaprendizaje de una serie de actitudes que en determinados momentos nos llenan de candados psicológicos para ser creativos o para permitir que otros lo sean.
El Sistema Educativo debe dirigir su accionar hacia el desarrollo y articulación de la actividad creativa en todos sus niveles y modalidades, de esta manera, lograr mejores profesionales y personas más satisfechas, con actitud flexible y transformadora que refleje el compromiso con la sociedad.
Cada alumno que egrese de una escuela integrada por docentes, formados con esta visión, deseará que en los lugares donde llegue, se manifieste el pensar, el crear, el sentir, el comunicar y el compartir, por respeto a sí mismo y a sus semejantes.
Al respecto, Cuello (2003), sostiene que el sistema educativo, y especialmente las instituciones de educación técnica industrial y para el trabajo; tienen la responsabilidad de formar personas con capacidad creadora, a fin de que puedan construir el futuro que la sociedad requiere con el uso racional de la tecnología de punta.
No podemos vivir al margen de las nuevas demandas tecnológicas; más aún, ellas son resultados innovadores. Por esta razón, en los centros de educación se debe formar un individuo creativo que sea capaz de generar innovaciones y adoptar la tecnología existente
Es por ello que el sistema educativo venezolano a través de la educación técnica y para el trabajo, debe dirigirse hacia la formación de los estudiantes mas creativos e innovadores, capaces de mostrar originalidad en las acciones que ejecuten. Así, la creatividad en las instituciones educativas debe estar presente en la orientación didáctica de los programas instruccionales que se desarrollen en esas instituciones. Su aplicación debe imponerse de manera progresiva, formal o informal en el currículo, a fin de que los docentes y alumnos trabajen en la generación de innovaciones técnicas y educativas en los talleres, laboratorios y aulas de la escuela. Cuello, 2003.
La creatividad debe dejar de ser una simple expresión incorporada a los programas de estudio, para pasar a ser un elemento más concreto representado por acciones y operaciones que ejecuten los docentes y estudiantes en el logro de innovaciones tecnológicas.
Referencias

Betancourt, J. (1999). Creatividad en la Educación: educar para transformar. Educar, revista de educación/nueva época número 10/Julio-Septiembre.

Cuello, L. P. (2002). Estudio Fenomenológico del Desfase o brecha existente entre la Educación Técnica Industrial y para el Trabajo y las Exigencias del Mercado Laboral. Tesis Doctoral no publicada. Universidad Centro occidental Lisandro Alvarado.

De la Torre, S. (1999). Creatividad en la Reforma Española. Educar, revista de educación/nueva época número 10/Julio-Septiembre.

Iafrancesco V, G. (2003). Los Cambios en la Educación: Perspectiva Etnometodológica. (Colección Escuela Transformadora). Editorial Magisterio. Colombia.

Soriano, E. (1999). La Educación para la Creatividad. Educar, revista de educación/nueva época número 10/Julio-Septiembre.

Vivas, D. (1999). La Creatividad en Venezuela. Educar, revista de educación/nueva época número 10/Julio-Septiembre.